Hace tiempo, mi chico me comentó una curiosidad relacionada con los números arábigos y recientemente un e-mail me la recordó. ¿Conocéis la teoría de los números y los ángulos? Si no es así, prestad atención a esta entrada:
Como todos sabemos, a lo largo de la Historia han existido diversas formas de contabilización. En concreto, la numeración romana fue especialmente significativa y, de hecho, aún es utilizada, ya que la genialidad de los antiguos romanos les permitió idear un sistema relativamente simple para numerar usando sólo siete letras: I = 1; V = 5; X = 10; L = 50; C = 100; D = 500; M = 1000. De hecho, aunque no muchos lo saben, los romanos también desarrollaron un sistema para expresar fraccionales mediante la combinación de puntos y la letra S, equivalente a ½.
Sin embargo, la numeración arábiga terminó imponiéndose con el tiempo y es la que aún se conserva en todo el mundo civilizado. A este respecto, existe la mencionada teoría de que la grafía de los guarismos árabes está relacionada con la cantidad de ángulos de cada número; así, el cero sería un círculo al tener cero ángulos, mientras que el uno tendría su forma por presentar un ángulo, y así sucesivamente hasta el nueve. Como una imagen vale más que mil palabras, la siguiente muestra a la perfección lo que trato de explicar:
No obstante, tal como indica Manuel M. Almeida en su blog, esta teoría no es más que un bulo (u hoax, para los anglófilos), dado que es evidente que no todas las grafías de la imagen son realmente verosímiles (basta con observar los tres últimos números). Sin ir más lejos, basta con mirar la evolución de los números arábigos para percatarse de lo ridículo de esta teoría:
A estos irrefutables argumentos añado uno de mi propia cosecha que parece ser que muchos han pasado por alto: el cero actual es de origen indio – a imitación del cero helenístico del sistema ático o acrofónico de numeración griega, probablemente adaptado de la babilónica –, no arábigo, por lo que es bastante más antiguo que el resto de guarismos que usamos en la actualidad. En consecuencia, no tendría por qué respetar la norma de los ángulos, con lo que debemos desechar sin lugar a dudas la teoría, a pesar de que sigue resultando bastante curiosa. De igual modo, la hipótesis de que el cero primigenio procedía de la letra inicial de la palabra griega ουδεν (nada) es falsa, puesto que el primer cero redondo tenía encima una barra cuyos extremos tenían formas variables. Y es que hoy en día abundan mitos como éstos, pero tenemos la suerte de contar con entendidos que nos muestran la luz de vez en cuando... y de blogueros que difunden sus enseñanzas.
FUENTES COMPLEMENTARIAS: MANGAS VERDES, WIKIPEDIA
¡Gracias, Miguel!
FUENTES COMPLEMENTARIAS: MANGAS VERDES, WIKIPEDIA
1 opiniones:
La verdad es que esas historias en las que se deforma la realidad para acoplarlas a la teoría. Ya lo dijo aquel "no dejes que la verdad te estropee una buena noticia"
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