21 dic 2011 | Por: Nacho

Pioresnada

Hoy iba en el metro con una amiga y me ha sorprendido cómo hablaba de la persona con la que actualmente sale calificándola de 'amigo'. Ciertamente, los españoles tenemos un problema importante en lo que a este tema se refiere, porque, en nuestro afán de etiquetarlo todo, necesitamos poner nombre también a nuestras relaciones y, en consecuencia, hablamos de rollos, novios, amantes, prometidos, esposos o categorías que rozan el surrealismo, como los famosos amigos con derecho a roce (ahora, follamigos) o el 'rollo estable'. ¿Es que no existe una forma más fácil de comunicarnos?

Pues así es y, no por casualidad, son los hispanoamericanos quienes encontraron la solución a este problema con la acuñación del término pioresnada, que abarca el amplio abanico de personas con las que se desarrolla una relación más allá de la mera amistad. Concretamente, esta palabra procede de la jerga coloquial argentina, conocida como lunfardo (de ahí que no aparezca en el DRAE), y su origen etimológico es tan evidente como divertido: peor-es-nada

Por otro lado, me gustaría recordaros que el amante, antes que el querido del cónyuge infiel, es la persona que ama, por lo que sería lícito (y recomendable) su uso en un sentido mucho más amplio que el actual.


FUENTE: GRIJELMO, A. Defensa apasionada del idioma español, Ed. Taurus. Barcelona, 1998

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