Mucho se ha hablado últimamente de las incoherencias que ha admitido la RAE en su diccionario de uso. La aparición de vulgarismos como almóndiga, asín, toballa (toalla), moniato (boniato), abundoso (abundante), higuana, biscocho, dotor o madalena probablemente irrite a muchos (a mí el primero), pero lo que no todos saben es que estos aparentes asesinatos lingüísticos son, en algunos casos, más correctos de lo que parecen:
En primer lugar, os sorprenderá descubrir que las palabras correctas son murciégalo y crocodilo, no murciélago y cocodrilo, pues la primera viene de murciego (del latín murcaecus, es decir, ratón ciego) y la segunda, de crocodilus, raíz que aún se observa en otros idiomas, como en inglés o francés (en ambas, crocodile). Otras palabras que han sufrido con el tiempo este proceso histórico de metátesis (transposición de letras) son las actuales muladar, milagro y peligro, por ejemplo, antaño muradal (de muro), miraglo (de miraculus) y periglo (de periculus), raíz todavía hallable en el término formal inglés: peril.
No así ocurre con las palabras mencionadas al comienzo de la entrada –entre las que muchos colocarían mondarina y cocreta, a pesar de que la RAE las censure en su DPD–, ya que esas palabras han quedado cristalizadas por el uso y fueron formadas mediante otros procesos, normalmente por etimología popular, esto es, (con)fusión de dos términos fonéticamente similares y semánticamente interrelacionados: mondarina (mondar + mandarina), andalias (quizá también por la similitud fonética entre las sandalias y las andalias), vagamundo, sabihondo, desatornillador... No obstante, esta relación semántica no siempre está tan clara, como sucede con los vulgarismos hilación (hilar + ilación) e interperie (inter– + intemperie).
No así ocurre con las palabras mencionadas al comienzo de la entrada –entre las que muchos colocarían mondarina y cocreta, a pesar de que la RAE las censure en su DPD–, ya que esas palabras han quedado cristalizadas por el uso y fueron formadas mediante otros procesos, normalmente por etimología popular, esto es, (con)fusión de dos términos fonéticamente similares y semánticamente interrelacionados: mondarina (mondar + mandarina), andalias (quizá también por la similitud fonética entre las sandalias y las andalias), vagamundo, sabihondo, desatornillador... No obstante, esta relación semántica no siempre está tan clara, como sucede con los vulgarismos hilación (hilar + ilación) e interperie (inter– + intemperie).
Por supuesto, no todo podían ser alegatos en defensa de la RAE; sin ir más lejos, una de las cosas que más molesta a un forofo de la lengua y anglófilo como yo son las absurdas castellanizaciones de extranjerismos, pues, si bien no estoy en contra de adopciones más o menos necesarias y coherentes como fútbol o chófer, ¿quién en su sano juicio escribiría jonrón (home run), cederrón (CD-ROM), bluyín (blue jeans), filin (feeling), rocanrol, güisqui, quivi, pirsin o estriptis? La respuesta es los Inmortales, cómo no, y os aseguro que estoy en ascuas por saber cuál será la siguiente de nuestros queridos amigos...
FUENTE COMPLEMENTARIA: CÁPSULAS DE LENGUA
6 opiniones:
Bienvenido de nuevo, y veo que vuelves con un amas que interesante entrada. por cierto no he podido evitar buscar lo de jonrón....¡y es cierto! ¡Que cosas!
Para serte sincero, realmente vuelvo ahora de mis viajes, porque esa entrada la publiqué en una de mis pausas entre viaje y viaje XD Desde luego, este tema me parece muy curioso, sobre todo teniendo en cuenta que hablamos de palabras que a casi todos nos suenan fatal y que sin embargo aparecen en el DRAE (o en el DPD). Como siempre, gracias por el comentario, ¡a ver si me pongo yo al día con tu magnífico blog!
«raíz todavía hallable en el término formal inglés: peril.»
O en el más cercano, y en mi opinión como latinófila siempre preferible, de nuestros primos linguísticos (no creo en la diéresis, xD), el italiano: pericolo.
Algún día vas a tener que explicarme eso de la diéresis, latinófila... En cuanto a tu comentario, me parece muy acertado, pero demasiado fácil: es muy poco sorprendente que 'periculus' evolucione a 'pericolo', pero encontrar la misma raíz en el idioma anglosajón... siempre es llamativo, cuando menos. Aun así, insisto en que tienes toda la razón.
Muchas gracias por tu aportación =]
Soy venezolano. Llevo toda la vida escribiendo jonrón. Me parece un horror home run. No la siento. No es una palabra mía.
Supongo que tiene mucho que ver con la cercanía de Latinoamérica a EEUU. En España, nos suena realmente raro eso de "jonrón", pero oye, es cierto que si la incluyeron en el DRAE será porque la usan suficientes personas (como aquello de "almóndiga").
En cualquier caso, se agradece el comentario. Siempre es bueno conocer la opinión de quienes habláis otras formas de español =] ¡Un saludo!
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