Muchas personas no saben distinguir un acento de una tilde. Pero, una vez más, para eso está este blog, para explicarlo: la tilde es el signo ortográfico que se pone en determinadas ocasiones sobre la sílaba tónica de una palabra (por lo menos en español), mientras que el acento hace referencia a la prosodia, es decir, indica siempre la sílaba tónica, pero no necesariamente con una señal gráfica.
Efectuada este introducción, conviene hablar de algunos pocos casos interesantes:
Elite: «Minoría selecta o rectora». Originariamente, la palabra procede del francés élite (pronunciado elit, ya que prácticamente todas las palabras francesas son agudas). Sin embargo, la grafía con tilde, dada la similitud con la forma española, se extendió tanto que comenzó a pronunciarse como si dicha tilde también existiese en español. Así, a pesar de ser antietimológicas (al menos la pronunciación), ya se admiten la grafía y pronunciación de élite como correctas.
Libido: Según el DRAE, sin circunloquios accesorios, es el deseo sexual. Y consultando el DPD descubrimos que la grafía y pronunciación como palabra esdrújula son incorrectas, por parecida que sea la palabra a lívido (intensamente pálido).
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