5 nov 2010 | Por: Nacho

Apellidos

El proyecto de ley para ordenar alfabéticamente los apellidos de los neonatos a partir de 2012-13 en pro de la igualdad de género me ha inspirado para hacer un breve repaso por el mundo de los apellidos o, mejor dicho, los apellidos por el mundo:

En líneas generales, existen cinco tipos de apellidos:

Patronímicos: Procedentes de nombres. Generalmente, se acompañan de una partícula con el significado de hijo de: –ez/–az/–oz (españoles, originado durante el Medievo), –is (catalanes), –iz (vascos), –ey (canarios y guanches), –es (portugueses, evolucionado del –ath gótico), –son (nórdicos e ingleses), –ovich/–evich y –ov(a)/–ev(a) (rusos y eslavos), Ibn–/Bin– (árabes), Ben–/Bat–/Bar– (judíos), M(a)c– (escoceses e irlandeses)... También se puede encontrar apellidos patronímicos introducidos por la preposición de y su equivalente en otras lenguas, como el O'– irlandés (abreviatura de of).

El origen de estos apellidos es antiguo y tenía la finalidad de mostrar el linaje de cada persona. En caso de no conocerse el linaje, era habitual usar el apellido Expósito/Espósito (en Cataluña, Deulofeu, es decir, Dios lo hizo), los compuestos con San(to/a) o directamente Santos, que eran dados a los niños abandonados en las casas de acogida.


Toponímicos: Proceden de lugares. Indican sitios relacionados con el portador (dónde nació, dónde vivía, qué tierras poseía, etc.). También se acompañan habitualmente de la preposición de(l)/de la, especialmente si se trata de accidentes geográficos y lugares en general (campo, montaña, sierra...).

Relacionados con éstos, existen apellidos derivados de muchos conceptos comunes, desde árboles, flores (muy usados por los judíos y árabes en España), metales y animales hasta colores, edificaciones y partes de éstas.


De apodos y descripciones: Solían aplicarse ante cualidades físicas llamativas de la persona o desde sobrenombres.


De oficios: Especialmente comunes entre la comunidad judía, designan el oficio desempeñado por su portador o sus ascendientes. Se relacionan con los consolidados desde títulos nobiliarios o cargos religiosos y políticos importantes (Abad, Barón, Conde, Duque, Emperador, Papa, Príncipe/Princesa, Rey(es)/Reina...).


Castellanizados: Otros apellidos proceden de la adaptación de los de otras lenguas al idioma castellano. La mayoría de éstos apellidos castellanizados poseían un significado propio único en su lengua original. Es el caso de los apellidos derivados del griego o el hebreo, por ejemplo.


Con respecto al uso, a día de hoy, los apellidos de los españoles – y sudamericanos – se ordenan dando prioridad al del padre, salvo que se especifique lo contrario. No ocurre lo mismo en el resto de países, ya que en Portugal y Brasil se suele usar el sistema inverso, que también fue muy usado antiguamente en Canarias. En Francia y Alemania, los padres negocian el orden de los apellidos (en el caso alemán, sólo se elige uno). En países de habla inglesa y Argentina, lo normal es imponer exclusivamente el apellido paterno o uno compuesto de ambos, que se convierte en el apellido de la familia (es decir, también se aplica a los padres). En otros países, como Rusia, Bulgaria o Islandia, el apellido se forma desde el nombre del padre (en ocasiones, de la madre) por derivación. Finalmente, en países orientales como China y Japón, se antepone el apellido del padre al nombre particular por motivos históricos de linaje, a diferencia de los tibetanos y javaneses, que a menudo no utilizan apellido.


FUENTE: WIKIPEDIA

FUENTE COMPLEMENTARIA: NOTICIAS QUE PENSAR

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