Una vez más, me aprovecho del bueno de Grijelmo y de su maravillosa obra para una nueva entrada. En esta ocasión, atendiendo a la corrección de una expresión bastante extendida entre los periodistas y políticos de hoy en día:
El propio DRAE define peligroso como algo «con riesgo o que puede ocasionar daño». Ese puede de la definición ya es indicante de la potencialidad de esta cualidad, pues es obvio que algo que puede ocasionar daño es potencialmente dañino (que no potencialmente peligroso). La potencialidad es parte del peligro y puede activarse o no. En caso de hacerlo, ya no se habla de peligro o peligroso, sino de daño o dañino. Por tanto, puede concluirse que esta expresión es un pleonasmo, una redundancia igual de censurable que subir arriba/bajar abajo, entrar dentro/salir afuera, etc. En definitiva, supone un vocablo potencialmente dañino para la corrección del idioma español.
FUENTE: GRIJELMO, A. La punta de la lengua, Ed. Aguilar. Madrid, 2004
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